martes, 23 de junio de 2015

El Concierto, film de Radu Mihaileanu (2009)


Título original: Le concert.
Año: 2009.
Duración: 118 min.
País: Francia.
Director: Radu Mihaileanu.
Guion: Radu Mihaileanu.
Fotografía: Laurent Dailland.
Reparto: Aleksey Guskov,  Mélanie Laurent,  Dmitri Nazarov,  Valeriy Barinov,  François Berléand,  Miou-Miou,  Vlad Ivanov,  Lionel Abelanski,  Vasile Albinet,  Laurent Bateau,  Ramzy Bedia.
Producción: Coproducción Francia-Rumanía-Italia-Bélgica; Oï Oï Oï Productions / Les Productions du Trésor / France 3 Cinéma / Europa Corp. / Castel Film Romania / Panache Productions / Radio Télévision Belge Francophone (RTBF) / BIM Distribuzione.
Galardones: 2009, Premios Cesar: Mejor BSO y Mejor Sonido. 4 nominaciones; 2009, Premios David di Donatello: Mejor film de la Unión Europea; 2010, Premios del Cine Europeo: Nominada a Mejor guion

Sinopsis: En tiempos de Brézhnev, Andreï Filipov, el mejor director de orquesta de la Unión Soviética, estaba al frente de la célebre orquesta del Teatro Bolshói. Pero fue destituido al negarse a despedir a los músicos judíos, entre los que estaba Sacha, su mejor amigo. Treinta años después, sigue trabajando en el Bolshói, pero como hombre de la limpieza. Un día en que se queda trabajando hasta muy tarde, descubre un fax dirigido al director del Bolshói, en el que el Teatro del Châtelet invita a la orquesta a dar un concierto en París.

Comentarios: Carcajadas políticas. (...) Mihaileanu sabe lo que se cuece ahora y lo que se cocía antes; da palos al presente y al pasado. (...) la comedia acaba triunfando sobre los pequeños desperfectos sentimentales.

El filme es un producto más cercano al transitado cine europeo de qualité. (...) una comedia dramática prolija, emotiva, convencional, estereotipada, que alude, con humor y finalmente con solemnidad, a los abusos del comunismo en la ex Unión Soviética.

Canción inolvidable, film de Charles Vidor (1945)
















Título original: A Song to Remember.
Año: 1944.
Duración: 113 min.
País: Estados Unidos.
Director: Charles Vidor.
Guion: Sidney Buchman.
Fotografía: Tony Gaudio & Allen Davey.
Reparto: Paul Muni, Merle Oberon, Cornel Wilde, Stephen Bekassy, Nina Foch, George Coulouris, Sig Arno, George Macready.
Producción: Columbia Pictures.
Galardones: 6 nominaciones al Oscar, incluyendo mejor actor (Wilde), historia, fotografía, sonido (1945).

Sinopsis: Cornel Wilde da vida a Frederick Chopin, un joven prodigio pianista aspirante a compositor cuyo amor por su Polonia natal inspira su música y enciende su ira contra los rusos invasores que la ocupan. Su rebeldía frente a la ocupación hace que su vida corra peligro y Chopin es llevado a París por su mentor, Joseph Elsnor (Paul Muni). Allí se encontrará con la novelista George Sand (Merle Oberon). Bajo su influencia, Chopin se convierte en la sensación internacional, tocando para todos los públicos de Europa. Pero el corazón de Chopin pertenece a su amada Polonia, y su vida en el exilio se convierte poco menos que en insufrible...

Comentario: Biografía de Frederick Chopin, que se centra principalmente en su relación con la escritora Amandine-Aurore, más conocida por George Sand, una mujer rebelde para su tiempo. Cornel Wilde y Merle Oberon se metieron en la piel de ambos personajes, en este interesante film que trata el patriotismo de Chopin de una manera romántica. Irónicamente, cuando la película fue producida (1944), Polonia estaba en una situación similar a la vivida en los tiempos de Chopin. Otra vez estaba bajo control extranjero, en este caso alemán, durante la Segunda Guerra Mundial.

Mahler, una sombra en el pasado, fim de Ken Russell (1974)



Título original: Mahler.
Año: 1974.
Duración: 115 min.
País: Reino Unido.
Director: Ken Russell.
Guion: Ken Russell.
Fotografía: Dick Bush.
Reparto: Robert Powell, Georgina Hale, Lee Montague, Miriam Karlin, Rosalie Crutchley, Gary Rich, Oliver Reed.
Producción: Goodtimes Enterprises.
Sinopsis: En un tortuoso último viaje en tren con su esposa Alma (Georgina Hale), de regreso a Viena, un Mahler (Robert Powell) moribundo evoca los recuerdos de su vida que se esconden tras cada palabra, pareciendo explicar tanto su estado actual como su posible futuro. Mahler, pese a su brillante producción musical, ha tenido que convivir siempre con el antisemitismo, contra el que debe luchar incluso tras su polémica conversión al cristianismo. El suicidio de su hermano, su inestable matrimonio y la muerte de sus hijas pequeñas son los pasajes que se le pasan por la cabeza, que le atormentan y que a menudo le hacen arrepentirse de las decisiones que tomó. Sueños, recuerdos, pensamientos y realidad se confunden para crear una historia que va más allá del relato.
Comentario: Gustav Mahler, el eminente compositor de origen judío nacido en Kaliště (Bohemia, actualmente Austria), tuvo que soportar el antisemitismo desde muy niño. Su salud fue siempre precaria y padeció una neurosis obsesiva por la muerte. Ya mayor se casó con Alma, una mujer joven, culta y muy bella, teniendo un matrimonio apasionado y lleno de conflictos.

En cierta ocasión, Mahler manifestó que su música no sería apreciada hasta cincuenta años después de su muerte. No le faltaba razón: valorado en su tiempo más como director de orquesta que como compositor, hoy es considerado uno de los más grandes y originales sinfonistas que ha dado la historia del género; más aún, uno de los músicos que anuncian y presagian en su obra de manera más lúcida y consecuente todas las contradicciones que definirán el desarrollo del arte musical a lo largo del siglo XX.

La pasión del rey, film de Gérard Corbieau (2000)



Título original: Le Roi Danse.
Año: 2000.
Duración: 115 min.
País: Bélgica.
Director: Gérard Corbiau.
Guión: Eve de Castro, Andrée Corbiau, Gérard Corbiau (sobre la novela de Phillippe Beaussant).
Fotografía: Gérard Simon.
Reparto: Benoît Magimel, Boris Terral, Tcheky Karyo, Colette Emmanuelle, Jacques François, Cécile Bois, Claire Keim, Johan Leysen, Idwig Stéphane, Emil Tarding.
Productora: Coproducción Bélgica-Francia-Alemania; K-Star / France 2 Cinéma / MMC Independent / K-Dance.
 
Sinopsis: El film narra la relación entre el rey sol (Luis XIV) y el compositor de su corte, Jean Baptiste Lully. Narrado en flash-back, el superintendente de música de la Corte recuerda, mientras agoniza, los mejores momentos de su vida. Comienza cuando el Rey a los 14 años se ve sometido a los dictados de su madre −la reina de Austria, viuda de Luis XIII− y su grupo de consejeros encabezados por el cardenal Mazarino, primer ministro. Al cumplir el rey 22 años, muere Mazarino, lo que supone que Luis XIV toma las riendas del poder. Así, en contra de la opinión de su madre, rechaza el nombramiento de un primer ministro e intensifica su relación con Molière y, sobre todo, con Lully, que siente por él gran admiración y un afecto obsesivo y enfermizo.
Comentario: Gérad Corbiau, realizador de “Farinelli” (1994), basa su película en la novela histórica de Phillippe Beaussant, que expone la afición de Luis XIV por la música, la danza, el teatro y la ópera, sin abordar otros aspectos de su intensa y tumultuosa vida de monarca absolutista.

La película ofrece una descripción suntuosa y preciosista de la Corte francesa, en la que abundan las intrigas, las traiciones y el asesinato. El vestuario es notable en corrección histórica, variedad de formas, porte y color. La coreografía es brillante y espectacular. La interpretación de los actores principales, Benoît Magimel (Luis XIV), Boris Terral (Lully) y Tcheky Karyo (Molière), es convincente.

En cuanto a la música, casi todas las composiciones que se escuchan pertenecen a Lully, salvo en la escena de la interpretación de la ópera de Cambert, en la que la música es de dicha ópera, y en la representación de “El enfermo imaginario”, en la que se oye la música que Charpentier compuso para la ocasión.

sábado, 13 de junio de 2015

My fair lady, film de George Cukor (1964)


Título original: My Fair Lady.
Año: 1964.
Duración: 170 min.
País: Estados Unidos.
Director: George Cukor.
Guión: Alan Jay Lerner, sobre “Pigmalión”, de George Bernard Shaw.
Música: Frederick Loewe.
Fotografía: Harry Stradling.
Productora: Warner Bros. Pictures; Productor: Jack L. Warner.
Reparto: Audrey Hepburn, Rex Harrison, Stanley Holloway, Wilfrid Hyde-White, Gladys Cooper, Jeremy Brett, Theodore Bikel.

Sinopsis: Versión cinematográfica del mito de Pigmalión, inspirada en la obra teatral homónima del escritor irlandés G.B. Shaw (1856-1950).
En una lluviosa noche de 1912, el excéntrico y snob lingüista Henry Higgins conoce a Eliza Doolittle, una harapienta y ordinaria vendedora de violetas. El vulgar lenguaje de la florista despierta tanto su interés que hace una arriesgada apuesta con su amigo el coronel Pickering: se compromete a enseñarle a hablar correctamente el inglés y a hacerla pasar por una dama de la alta sociedad en un plazo de seis meses.

Comentarios:

El Pigmalión de Shaw es un célebre fonetista londinense que se aplica a convertir a una vulgar y malhablada florista callejera en una dama capaz de pasar por duquesa en una recepción diplomática, mediante el expediente de enseñarle a hablar correctamente. En las alternativas de esa educación —que es también una éducation sentimentale— el comediógrafo encontró un camino admirable para cumplir con sus fines, que eran como siempre los de fustigar a la sociedad en que le tocó vivir y crear. Así, en las entrelíneas de un diálogo siempre chispeante, Shaw expande su sátira a lo superficial y espurio de las distinciones de clase y se solaza en subvertir las diferencias sociales, mostrando que lo que separa a una florista de una duquesa es el vestido y la pronunciación, y que una se diferencia de la otra "no por cómo se comporta sino por cómo es tratada". Aunque como en anteriores ocasiones todos los personajes representan algo, tanto Elisa como el profesor Higgins y tanto el coronel Pickering como Doolittle son criaturas de enorme encarnadura dramática y sus réplicas son fuente de deleite permanente para el espectador o el lector, en especial las de ese filósofo popular que es Doolittle, con su afirmación —que Shaw hace suya— de que la moral es cosa de ricos. Una opinión que (no tan extrañamente si se toma en cuenta que el dramaturgo alemán fue un ferviente shawiano) reaparece en Brecht con su famoso "Dennos el pan, y luego la moral".
Molesto por la recepción que algunas de sus obras inmediatamente anteriores habían tenido en Inglaterra, Shaw hizo arreglos para que Pigmalión se estrenase en Viena, donde fue presentada por primera vez el 16 de octubre de 1913, ofreciéndose quince días después en Berlín. El estreno londinense tuvo lugar el 11 de abril del año siguiente, y corrió por cuenta de dos ilustres intérpretes de la época, Mrs. Patrick Campbell (en cuya larga correspondencia con Shaw se basó Jerome Kilty para armar su exitosa pieza Querido mentiroso) y Sir Herbert Beerbohm Tree. En su discurso, al término de la triunfal función inaugural, este último anunció que "el autor se sintió tan molesto ante los encendidos y reiterados aplausos que no pudo soportarlos más y huyó del teatro, visiblemente indignado". Evidentemente, Shaw no vacilaba siquiera en insultar al público con tal de hacerse notar.

Pigmalión tuvo más tarde intérpretes prestigiosos y/o populares como las anglonorteamericanas Gertrude Lawrence, Lynn Fontanne, Raymond Massey y Alfred Lunt, y la española Catalina Barcena. En 1939, luego de interminables cabildeos, el director Gabriel Pascal logró que Shaw, enemigo acérrimo del séptimo arte, accediera a una adaptación cinematográfica de la obra. Interpretada por Leslie Howard y Wendy Hiller, la película fue un gran éxito artístico y contribuyó decisivamente a la difusión popular del nombre de Shaw. Más aún, sin embargo, lo hizo la comedia musical que en 1956 escribieron el libretista Alan Jay Lerner y el compositor Frederick Loewe con el título de My Fair Lady (Mi bella dama). Estrenada en Nueva York por Julie Andrews y Rex Harrison, el musical, que llegaría a dar la vuelta al mundo, pareció un modelo de fidelidad al original y por lo tanto un dechado de gracia intencionada. Shaw, el crítico demoledor, el sempiterno iconoclasta, hubiera estado conforme.

Madame Butterfly, film de Frédéric Miterrand (1996)


Director: Frédéric Mitterrand.
Fotografía: Philippe Welt.
País: Francia.
Año de producción: 1996.
Duración: 135 minutos.
Reparto: Ying Huang, Richard Troxell, Ning Liang, Richard Cowan, Jing Ma Fan, Christopheren Nòmura, Constance Hauman, Kusakabe Yo, Kamel Touati, Miki-Lou Pinard, Yoshi Oida, Qing Wu, Nabil Agoun, Lofti Bahri, Salem Zahrouni
SinopsisBasada en la ópera con música de Giacomo Puccini, y libreto de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica.

Nagasaki, 1904. El teniente americano, B. F. Pinkerton queda cautivado por el exótico encanto y juventud de su novia japonesa de quince años. Para ella su relación es tan santa como un juramento de honor.

Comentarios: Madame Butterfly es una prolija, elusiva, elegante y a la postre estremecedora versión de la ópera de Puccini, que el sobrino del anterior jefe del Estado francés, François Mitterrand, adaptó para la gran pantalla. Coproducción múltiple, avalada por un al parecer cada vez más común Martin Scorsese presenta, el filme es una versión con cantantes que encarnan con todo rigor a sus personajes. La dirección musical es de James Conlon, al frente de la Orquesta de París y el coro de Radio France. La joven soprano de Shanghái, Ying Huang, da vida a una Cio-Cio San / Butterfly muy en su papel, mientras el tenor estadounidense Richard Troxell le da buena réplica como el insustancial Pinkerton.
Frédéric Mitterrand, cuya ópera prima -Lettres d'amour de Somalie, una igualmente elegante recreación de la estancia de Rimbaud en Africa- se recuerda con respeto, no parece haberse preocupado por otra cosa que por hacer viable el desatado, tremendo drama de pasiones interraciales servido por Puccini y sus libretistas.

Ciertamente, toda versión de una obra clásica no sólo revisa, sino que actualiza su contenido, y no es Madame Butterfly ninguna excepción al respecto. Mujeres que se comprometen hasta el final por su pasión y hombres advenedizos e infantiles, prisioneros únicamente  de sus más primarios instintos, suenan ciertamente a contemporaneidad. Mitterrand, por su parte, da una auténtica lección de sobriedad en la puesta en escena, poéticamente contenida pero siempre adecuada a las características de la narración cinematográfica.