lunes, 30 de noviembre de 2015

J. Brahms: Canción del Destino, Op. 54

Orquesta Sinfónica de la Radio de Hesse
Collegium Vocale de Gante
Philipp Herreweghe, director

Brahms comenzó a bosquejar la Canción del destino en el verano de 1868 durante una visita a su buen amigo Albert Dietrich en Wilhelmshaven. En la biblioteca personal de Dietrich, Brahms descubrió el fragmento Hyperions Schicksalslied en la inacabada novela de Hӧlderlin, Hiperión. Dietrich decía que Brahms había recibido la inspiración para su obra al haber leído los poemas mientras contemplaba el mar.

El tema poético opone la condición humana a la felicidad celeste de los dioses. En sus estrofas, se describe la dicha de los dioses y el sufrimiento de la humanidad. Brahms completó un esbozo inicial de dos versos de Hӧlderlin en forma ternaria con el tercer movimiento como una reformulación completa del primero. Sin embargo, no quedó satisfecho con esta re-expresión del primer movimiento para cerrar la obra, ya que pensaba que anularía la dura realidad representada en el segundo movimiento. Este conflicto no llegó a resolverlo y dejó provisionalmente la obra para centrar su atención en la Rapsodia para contralto.

La Canción del destino se terminó cuando Hermann Levi le sugirió que para concluirla hiciese una re introducción de un preludio exclusivamente orquestal, en vez de un retorno total del primer movimiento. Brahms compuso finalmente el tercer movimiento como una vuelta del preludio orquestal del primer tiempo, aunque ahora en la tonalidad de do mayor y con una instrumentación más elaborada.


Brahms era reacio a romper la desesperación y la futilidad del segundo movimiento mediante el feliz retorno del primero. La vuelta del preludio orquestal parece ser "un deseo por parte del compositor para aliviar la penumbra de la idea con que concluye el texto por el derramamiento de un rayo de luz sobre el todo, dejando una impresión de esperanza".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.