jueves, 19 de noviembre de 2015

H. Berlioz: Lélio, ou Le Retour à la Vie, op. 14b

Jean Topart (Narrador)
Charles Burles (Tenor)
Jean Van Gorp (Barítono)
Nicolai Gedda (Tenor)
Michel Sendrez (Piano)
Marie Claire Jamet (Arpa)
Coro y Orquesta Nacional de la Radiodifusión Francesa

00:00          El Pescador - Sobre una traducción de la balada de Goethe El pescador.
10:37           Coro de Sombras - Evocación de la atmósfera fantasmagórica de Hamlet de Shakespeare. Esta pieza reutiliza fragmentos de la cantata de Berlioz La mort de Cléopâtre.
20:02             Coro de Bandoleros – Celebración de la libertad por parte de los bandidos en Calabria.
25:39              Canto de Felicidad - Recuerdos - La música proviene de la cantata La mort d’Orphée.
El Arpa Eólica - Fragmento orquestal. La música procede asimismo de la cantata La mort d’Orphée. En el Romanticismo, el arpa eólica es un símbolo destacado de la inspiración artística.
39:00             Fantasía sobre « La Tempestad », de Shakespeare – Fragmento para coro y orquesta cantado en italiano. 

Lélio, ou le retour a la vie es un monodrama lírico que refleja la intimidad de Berlioz. Podría definirse como un melólogo, es decir un subgénero teatral protagonizado por una sola persona, que consiste en el desarrollo de un monólogo en el que los pasajes culminantes o emotivos son subrayados por un acompañamiento musical.
La obra ofrece al oyente-espectador un paseo emocional por la intimidad del propio Berlioz. Así, dado que la Sinfonía fantástica nos presenta la música programática del suicidio por sobredosis de opio de un compositor, entre terribles visiones, en Lélio se asiste al despertar del infructuoso suicidio. Apenas una suerte de ensueño, en el que las tristezas de una vida y la ausencia del amor por la mujer perdida, irán tomando forma en una sucesión de momentos de declamación, canto y música orquestal -tan del gusto romántico-, con la omnipresente idée fixe figurando ubicuamente a la amante desaparecida en esta nueva vida a la que Lélio-Berlioz regresa, no sin evidente disgusto, y a la que sólo la esperanza en la literatura, el arte y la belleza podrán devolverle su razón de ser.
Esta obra supone el primer uso del piano como instrumento de la orquesta. Berlioz, que rara vez se repite, no volverá a utilizar este recurso.

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