jueves, 14 de noviembre de 2013

Joseph Haydn: Andante de la Sinfonía nº 94 en sol mayor "La Sorpresa"

Orquesta Filarmónica de Berlín
Mariss Jansons, director


Compuesta alrededor de 1791, la sinfonía llamada “La Sorpresa” o “La del toque de timbal” (en alemán “Mit dem Paukenschlag”) en sol mayor, es quizá una de las obras menos conocidas en su totalidad de su autor. Haydn visitó por primera vez Londres en 1791 cuando, tras la muerte del príncipe Nicolás Esteráis, su sucesor Antón, decidió disolver la orquesta para la que había trabajado casi treinta años. A pesar de haber vivido casi retirado del mundo musical y alejado de Viena, la música de Haydn había obtenido una amplia difusión por toda Europa y, por ese motivo, el empresario musical P. Salomón lo contrató para dar un gira de conciertos. A su llegada a Inglaterra el compositor se encontró con un entusiasta recibimiento y una gran expectación, por lo que Haydn se dio cuenta de que tendría que buscar la aprobación de un público exigente y “de pago”. Uno de los métodos que decidió utilizar en sus nuevas composiciones fue el uso de procedimientos insólitos y llamativos (cuando no chocantes), lo que debió gustar mucho a una audiencia con un fino sentido del humor.

Las sinfonías “londinenses” destacan por la variedad de bromas y sorpresas que contienen y esta sinfonía es, probablemente, la más famosa, sobre todo por el segundo movimiento, debido al súbito fortísimo de toda la orquesta, que rompe inesperadamente la serenidad establecida tras el inicio del tema de apertura en pianísimo, interpretado por las cuerdas. Es curioso que la partitura original no contenía esta indicación, pero el autógrafo de Haydn muestra que tachó la sección de apertura y la reescribió para incluir la sorpresa. En la primera ejecución pública, el 23 de marzo de 1792, ya se incluyó, consiguiendo el efecto deseado, como le realtó el propio Haydn a su amigo Griesinger:

“Estaba interesado en sorprender al público con algo nuevo y en hacer un brillante debut… El primer Allegro de mi sinfonía había cosechado ya incontables bravos, pero el entusiasmo alcanzó su cenit en el Andante con el golpe del timbal. ¡Qué se repita! ¡Qué se repita! Resonaba en todas las gargantas”.

 Sin embargo no es la única sorpresa de la sinfonía, especialmente en el rondó final. Consta de cuatro movimientos, con la estructura usual de la sinfonía clásica: I. AdagioVivace assai (sol mayor), II. Andante (do mayor), III. Menuetto. Allegro molto-Trio-Menuet (do mayor), IV. Finale. Allegro di molto.

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