jueves, 27 de diciembre de 2012

Johann Sebastian Bach: Toccata y Fuga en Re menor BWV 565




Hans-André Stamm, organista
Trost-Organ de la Stadtkirche de Waltershausen (Alemania)
 
En este video podemos constatar el talento de Johann Sebastian Bach como compositor,  la musicalidad y perfecta técnica del intérprete del órgano,  la calidad sonora del órgano y para colmo,  la belleza de los acabados de este mismo instrumento (marquetería por doquier, teclado ricamente decorado, figuras que adornan los bordes, etc.)
La pieza musical se compone de dos partes muy diferencias como indica su título. En el ámbito de la composición de la música “académica” o “científica”, se utilizan denominaciones que sirven de concepto claramente definitorio del  contenido que encabezan  (ejemplos: Nocturno, als, Toccata, Sonata, Passacaglia, Sinfonía, etc.)
En este caso la obra es la Tocata y Fuga en Re menor BWV 565.
La Toccata es una especie de Preludio que los organistas improvisaban antes de ejecutar un Motete o una Fuga. El discurso melódico es frecuentemente interrumpido con pasajes rápidos, arpegios, acordes rotos, etc. Finaliza en 2:29 del video
La Fuga es una forma polifónica (muchas voces), vertebrada mediante contrapunto. Es decir, dos o más melodías que se oyen de manera simultánea, teniendo las voces idéntica importancia entre sí. Las melodías, que suenan a la vez, crean una textura sonora densa, como es característico de la estética florida del Barroco. Pueden sonar contradictorias hasta el punto que puede resultar a un caos cacofónico (ruido) al oído inexperto o poco entrenado; pero en su escucha más amplia, crean una perfecta armonía musical. La Fuga se inicia en 2:30 y toma más protagonismo que la Toccata, que sirve casi de introducción.
La Tocata y Fuga en Re menor BWV 565 fue y es una de las obras más populares y fácilmente reconocibles de Bach. De hecho,  probablemente cualquier individuo la habrá escuchado varias veces a lo largo de su vida a través de la televisión, el cine o los videojuegos. Hay que aclarar, para los más profanos en la obra de este compositor, que Johann Sebastian Bach es uno de los músicos más virtuosos, fecundos e influyentes de toda la historia del arte universal.
Esta breve pieza para órgano fue creada durante la juventud del músico, por lo que su partitura no está grabada con la fácilmente reconocible personalidad estética del compositor, como sucede con obras fruto de su posterior madurez creativa.
Según explican sus contemporáneos,  Johann Sebastian Bach gustaba  de utilizar su Tocata y Fuga para poner a prueba los nuevos órganos que él examinaba en calidad de maestro organista. En el vídeo puede apreciarse el espectacular efectismo en algunos ejemplos (como en 0:21 y 2:23),  creando un auténtico “muro sonoro”. La partitura exprime enormemente la capacidad del órgano, por lo que Bach decía “veremos si este órgano respira bien” en el momento de “estrenar” un órgano de nueva construcción.
La Fuga se inicia en 2:30 a la manera común, incorporando las voces musicales de forma progresiva, facilitando la comprensión para el oyente al aumentar la complejidad de manera gradual. La primera voz canta seis segundos  en solitario hasta ser acompañada con la segunda voz cantante en el teclado (2:36). En 3:22 se incorpora un tercer estribillo independiente a los dos anteriores y en 3:30 del video la fuga se completa al tener cuatro voces, siendo ésta última de un registro muy grave gracias al teclado de pies, llegando a crear esa “lluvia de sonido”, algo que sólo se puede experimentar si se está presente en el mismo recinto donde trabaja el instrumento. Es un efecto que desgraciadamente se pierde al escucharse mediante grabación.
El video, con una elaborada edición, nos muestra con detalle la espectacular técnica que requiere la correcta interpretación del teclado de pedales que hacen sonar las notas más graves y oscuras, como en  3:30 y 6:42
Al leer la partitura, el organista debe interpretar tres pentagramas simultáneamente. Un guitarrista lee un pentagrama, un pianista dos (uno por cada mano), pero un organista ha de leer tres: las manos más un pentagrama escrito en clave de Do (el pentagrama donde se dibujan las notas más “bajas” y profundas), que se toca con los pies.
Tocar el órgano, "el rey de los instrumentos", es muy difícil.



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