jueves, 1 de noviembre de 2012

El oboe



Robert Schumann
Romanza para oboe y piano op. 94/3
Albrecht Mayer, oboe
Hélène Grimaud, piano 

El nombre del oboe proviene del francés “hautbois” (madera alta). Es un instrumento aerófono de tubo cónico y doble lengüeta de caña de bambú, que asume la voz de soprano o mezzo en la sección de las maderas. La familia de los oboes incorpora en ocasiones otros miembros, como el corno inglés o el oboe de amor.
El oboe es el instrumento más pequeño de doble lengüeta de la orquesta. Tiene registros bastante homogéneos, con un timbre ligeramente nasal. Es dulce, expresivo y suele recordar a la voz femenina, como una suerte de soprano melancólica. Sus sonidos más graves son algo ásperos. Los más bellos son los medios y a medida que avanza hacia el agudo, pierde en expresión.



Partes del oboe
El oboe está compuesto por tres piezas. Los orificios para poner los dedos son pequeños, y tiene llaves al igual que casi todos los instrumentos de su familia.
Las maderas predilectas para su construcción son el ébano, el boj, el ciruelo, el cedro, el peral y el arce. 
El oboe actual desciende de otros instrumentos antiguos de lengüeta doble como el cromorno o la chirimía. Su sistema de llaves ha tenido pocos cambios y su estructura tiene dos variantes: la alemana y la francesa o Lorée (la más utilizada). Los oboístas suelen fabricar sus propias lengüetas para ajustarlas a su estilo personal de producción del sonido.





Como se toca el oboe

La forma de sostener el instrumento es similar a la del clarinete, es decir, se intenta hacer un ángulo de 45º entre el intérprete y el instrumento.
Para tocar el oboe hay que poner los labios en la caña doble y apretar volviendo los labios hacia el interior cubriendo los dientes. El ejecutante sopla a través de la doble lengüeta y al batir una contra otra se produce la vibración que se desplaza a lo largo del tubo y sale por el pabellón de forma oval que proporciona un sonido suave y aterciopelado.



Historia del oboe
Su origen se remonta a las civilizaciones mesopotámicas. Fue llamado aulos en Grecia y tibia en Roma. Ya hacia el siglo IX se conocía en la península ibérica. Adquirió el nombre de chirimía hacia el siglo XV.
Durante la Edad Media y el Renacimiento fue un instrumento muy importante dentro de los de doble lengüeta. Fue especialmente bien acogido en Francia, donde J. Hotteterre lo perfeccionó en gran medida.
Se introdujo de modo formal dentro de la orquesta en 1671. Pero fue en 1840 cuando adaptó el sistema de llaves con el que hoy lo conocemos. Casi todos los grandes compositores lo han tenido en cuenta en su obra.
A principios del siglo XIX, el oboe de dos llaves podía enorgullecerse de ser, desde cien años atrás, el primer instrumento profesional de viento dentro de la categoría de la madera. En aquella época no se le reconocían más que unos pocos defectos. En 1810 se generalizó la adopción de llaves suplementarias. El resto de su construcción cambió muy poco: taladro ancho en la parte superior del cuerpo, bruscos ensanchamientos en la perforación al nivel de las juntas y un reborde tradicional en el extremo inferior del pabellón. El oboe vienés actual, de Zuleger, es el último representante del oboe "clásico" . El oboe moderno es obra de constructores parisienses, y más especialmente de la familia Triébert, en cuya época se había racionalizado la perforación, introduciendo un forma enteramente cónica, y había creado, con el "sistema 4", un oboe llamado "modelo simple" que todavía se construye para los principiantes. El "sistema 5" de los Triébert (1849) permitió introducir el Do y el Si bemol mediante una tecla para el pulgar. El "sistema 6", llamado "modelo de Conservatorio", apareció poco después de la muerte de Fréderic Triébert, en este modelo el Do y el Si bemol se obtenían por medio de un anillo accionado por la mano derecha. La última etapa en la evolución del oboe francés data de 1906, cuando Lorée, siguiendo los consejos de G. Guillet, reemplaza todos los anillos por discos.



Audiciones y obras para oboe
A. Corelli: Sarabanda del Concierto para oboe y cuerdas.
F. Schubert: Andante con moto de la Sinfonía nº 9 en Do mayor, D 944 “La Grande”.
T. Albinoni: Concierto para oboe y cuerdas en Si bemol mayor, op. 7 nº3.
G. Bizet: 2º movimiento de la Sinfonía en Do.
J. S. Bach: 2º movimiento del Concierto para oboe y violín en Do menor BWV 1060.
L. V. Beethoven: Trío en Do mayor para dos oboes y corno inglés op. 87.
V. Bellini: Concierto en Mi bemol mayor para oboe y orquesta.
R. Vaughan Williams: Concierto en La menor para oboe y cuerdas.

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